Durante la partida, el jugador nunca está solo. Una
multitud de variados personajes recorren el mundo. Su apariencia y su
comportamiento permiten distinguir a unos de otros inmediatamente, lo que es de
gran ayuda cuando la acción se vuelve trepidante y no hay demasiado tiempo para
pensar. De hecho, en ese mismo momento te das cuenta de la enorme cantidad de
personajes que pasean por las calles, pues resultan un obstáculo a la hora de
huir y muy útiles a la hora de esconderse.
El arte de ocultarse a simple vista.
Según sus roles, los personajes no jugables pueden
agruparse en cuatro grupos:
Ofensivos. Este grupo no solo engloba a los guardias, los cuales
pueden subdividirse en normales, fuertes y arqueros; sino también a los locos,
los bandidos y las mendigas. Los primeros no hacen sino deambular erráticamente
por ciertas zonas del mapa a la espera de que te acerques para propinarte un
fuerte empujón que te descubre si estabas oculto. Resultan personajes bastante
molestos, pues si te empujan contra un guardia, éste se molestará y
probablemente desenvaine su espada contra ti.
A los bandidos (o, como yo les
llamo, los dispensadores de cuchillos arrojadizos) no les gusta que te acerques
demasiado a ellos. Si no tienes cuidado puedes encontrarte rápidamente metido
en una pelea callejera en la que, siempre que no saques ningún arma, los
guardias no intervendrán. Al eliminar a uno de estos personajes, puedes
conseguir algunos cuchillos arrojadizos, un arma que se desbloquea en el tercer
bloque de memoria y que, lógicamente, se gasta con el uso.
Las mendigas se lanzarán
sobre ti en cuanto entres en su radio de acción. En principio no son violentas.
Ellas sólo se colocan delante de ti, estorbándote el paso y pidiendo unas
monedas. Eso sí, si las esquivas escalando una pared, no dudarán en bajarte de
ahí a pedradas. Y tienen buena puntería.
Volviendo a los guardias,
cabe destacar que la mayoría no son agresivos sin razón. Los arqueros sólo te
atacarán (sin moverse de su posición) si te ven en alguna azotea, mientras que
el resto de guardias lo harán únicamente cuando les ataques tú primero o cuando
te acerques demasiado a las puertas que bloquean o a los ciudadanos que estén
acosando. No obstante, hay ciertos guardias que sí te están buscando: las
patrullas. Si no estás oculto cuando pasen por tu lado, prepárate para
enfrentarte a media docena de espadas.
No se puede pretender caer bien a todo el mundo.
Por último, cabe destacar
que hay una diferencia fundamental entre los guardias y el resto de PNJs: la
interfaz Animus no tolera el asesinato de los bandidos, locos o mendigas, por
más molestos que puedan resultar. Te dará un par de avisos y, si insistes, te
expulsará del sistema.
Pasivos. Hay otro grupo de personajes a los que tu presencia no les
molesta, pero tampoco les agrada. Simplemente les das igual. Su función
principal es caminar por el mapa y ser un estorbo cuando tengas que correr.
Aunque si están sentados en un banco, te permitirán sentarte a su lado y
esconderte de los guardias (siempre que les hayas dado esquinazo primero). Hay
un tipo especial de PNJ de este estilo: las mujeres con cestas o los hombres
con bandejas. Si te chocas con alguno de ellos, dejarán caer aquello que lleven
y te echarán la culpa. Esta alteración del orden público no pasará inadvertida
a los guardias cercanos.
A mí me da que los jarrones están vacíos 😂
Aliados. Salvar a los ciudadanos en peligro tiene su recompensa: los
eruditos y los vigilantes son personajes aliados que te ayudan a evitar a los
guardias. Puedes camuflarte entre los primeros para acceder a zonas vigiladas
fuertemente sin que noten tu presencia. Por otra parte, los vigilantes
retendrán a los guardias que te persigan cuando pases a su lado, dándote más
tiempo para escapar o esconderte. Dentro de este grupo podría incluir también a
los Asesinos esparcidos por las ciudades. No te ayudarán en nada, pero te darán
información sobre tus objetivos de asesinato a cambio de ciertos recados.
Es importante saber con quién juntarse.
Las misiones secundarias que
te encargan tus hermanos son diferentes de las tareas ordinarias de un Asesino
y aumentan en dificultad conforme avanzas en la historia. Éstas pueden abarcar
desde correr una inofensiva carrera por los tejados hasta eliminar arqueros o
guardias móviles sin ser detectado. También hay una misión de escolta, en la
que deberás proteger al compañero de las oleadas de guardias que vienen a por
él hasta que llegue a un punto seguro. Para mí, la misión más difícil que hay
es la destrucción de puestos de comerciantes corruptos y la más divertida es la
recogida a contrarreloj de estandartes, un buen entrenamiento de parkour.
Víctimas. También conocido como el grupo de los malafortunados, aquí
englobamos a aquellas personas que son objetivos de hurto, de fisgoneo, de
interrogatorio o de asesinato. Solo las dos últimas mostrarán cierta
resistencia a tu trabajo, pero son gajes del oficio.
No te va a gustar lo que viene a continuación, colega.