domingo, 5 de enero de 2020

Assassin's Creed - Historia, progreso del jugador y fin del juego

En Tierra Santa siempre hay algo que hacer y nunca es demasiado. Las dosis de cinemáticas y de juego están muy bien proporcionadas y conectadas, dando como resultado una experiencia totalmente envolvente. Aunque el jugador ya pueda quedar satisfecho con esto, hay algo especial que caracteriza y ha lanzado a la fama a toda la saga de Assassin’s Creed: la aparición de personajes históricos. En tu camino te cruzarás con Guillermo V de Montferrato, Garnier de Nablus… ¡Y hasta con el Rey Ricardo I de Inglaterra! Definitivamente es una alternativa muy innovadora para repasar los protagonistas y las localizaciones de la III Cruzada.

Sin duda, el Rey Ricardo sabe hacer una buena primera aparición en Assassin's Creed.

Conforme vas superando los bloques de memoria, consigues mejoras de armas, más celdas para el nivel de sincronización y nuevas habilidades, de las cuales quizás la más importante sea el contraataque. Esta habilidad es crucial en el final del juego, donde se encuentra lo que es, sin duda, lo peor de Assassin’s Creed, la jugabilidad de los últimos minutos. Hasta este momento, has sido entrenado como un Asesino: discreto, rápido, ágil… Pero esto no servirá de nada en el momento en el que el juego te encierre en una pequeña parcela de tierra con una docena de guardias. Sin posibilidad de escapar, lo único que te queda es la habilidad de contraatacar. Hasta parece una broma que, tras haber perfeccionado tus habilidades como Asesino, el juego mida tu valía para acabar la partida como un soldado. El contraste entre la jugabilidad al final del juego y en el resto de éste lleva a uno a pensar si se trata de algo planeado para ser así o si es el resultado de una mala planificación del tiempo durante el desarrollo.

Imagen del campeón mundial del escondite a punto de enfrentarse a los matones del barrio.

Por otra parte, en los últimos minutos de juego también se encuentra lo mejor de esta inolvidable primera entrega de la saga: un montón de sorpresas y un final que hace que estés descargando Assassin’s Creed II mientras todavía se muestran los créditos.

Este es un juego que no se olvida con facilidad. Recapitulando, sus dos mayores fallos se encuentran en la jugabilidad desaprovechada del final y en los tristes colores del Animus. Sin embargo, se disfruta cada minuto de todos los demás aspectos. Hay quien dice que las misiones secundarias entre objetivos pueden ser repetitivas y parcialmente tienen razón. Lo cierto es que las misiones, aunque se repitan en diferentes ciudades, son cada vez más difíciles, presentando un reto mayor en cada ocasión.

En mi opinión, el truco está en concentrarse en la historia, es lo que te atrapa y te mantiene constantemente alerta y activo, esforzándote a tope para cada encargo de Al Mualim. Además, gráficamente es un alucine y la exploración se aprovecha al máximo. Así que, ¿qué dices? ¿Estás listo para servir a la Hermandad de los Asesinos?

Sincronizando...

No hay comentarios:

Publicar un comentario